Parafílias
Son actos sexuales inusuales
necesarios para la excitación sexual.
Los psicólogos y psiquiatras
consideran a las desviaciones sexuales o parafilias como comportamientos
sexuales que caracterizan a un sujeto, el cual requiere de fantasías, objetos o
acciones que son extrañas, poco naturales y bizarras para lograr excitación
sexual. Es característica también de este tipo de comportamiento la
compulsividad con que son cometidos, pudiendo llegar a provocar daño físico o
psicológico si se convierte en la preferente o exclusiva manera de disfrutar
del acto sexual.
En cuestiones sexuales el término
Desviar es utilizado para describir un comportamiento que difiere de lo que es
considerado como normal. Sin embargo, es importante recalcar que la presencia
esporádica de elementos no tradicionales en la vida sexual de una persona no
define a esta como desviada, por cuanto la vida sexual es normal mientras sea
grata para la persona y tenga la capacidad de enriquecer y flexibilizarse. Que la sexualidad de una persona
logre incorporar nuevos elementos permite que la expresión y funcionamiento de
la esfera sexual del sujeto puedan encontrar nuevas formas de expresión y
satisfacción, lo cual se traduce en un enriquecimiento de la vida sexual.
En dicha búsqueda se pueden
encontrar presentes nuevos intereses y deseos de la persona. Dichos elementos
posibilitan el crecimiento y el desarrollo de la vida sexual, y en esta
búsqueda de nuevas experiencias pueden estar participando elementos que
componen las desviaciones, como deseos de sexo alterno al coito vaginal (sexo
oral por ejemplo). Sin embargo cabe aclarar que la sola presencia de estos
elementos no define a la perversión o desviación sexual, y su presencia en la
vida sexual normal es más bien aconsejable que reprochable.
La relación sexual alcanza niveles de
anormalidad o de desviación cuando presenta una rigidez en su deseo, en
expresión y satisfacción, y puede verse apreciada bajo la orientación sexual
dirigida a objetos de deseos determinados y característicos de ella, como
objetos inanimados o animales, o bien a una situación particular de relación
sexual atípica con otros presentando estas conductas parafílicas.
Para que una conducta sea
considerada parafílica debe haber tenido sus antecedentes tempranos en la
biografía del sujeto. La niñez y la pubertad, en las
historias sexuales levantadas a sus protagonistas, revelan tempranos estímulos
visuales, auditivos o táctiles que por razones variadas adquirieron un
particular significado para cada individuo.
Las explicaciones de por qué
predominan las parafilias en los varones y es escasa su aparición en las
mujeres, tienen que ver con la teoría del predominio de la erotización visual
en el hombre a diferencia de la erotización táctil en la mujer, atribuible a la
posición prenatal en el período de determinación del dimorfismo sexual
cerebral.
Implica predisposiciones que la
vida postnatal desarrollará en el período crucial de los 18 meses. Allí natura
y nurtura enlazarán, con el comienzo de la adquisición del lenguaje y la
construcción del esquema corporal, las sensaciones que componen un universo
imaginario erótico: los mapas del amor o "Lovemaps", como lo denomina
el creador de este concepto, John Money.
En el mapa del amor figura la
imagen del amado, sus características arquetípicas, la escena sexual excitante
imprescindible para despertar el deseo, encender la excitación y culminar con
el orgasmo. El mapa del amor está en la mente y en el cerebro. De allí que tras su formación
entre los 5 y los 8 años de edad del individuo, sea resistente al cambio.
Es como un idioma nativo que
persistirá a lo largo de la vida, cualquiera sea la pareja que nos acompañe. Su
vandalización a temprana edad, es decir, la interferencia en los juegos
sexuales infantiles con los que se lleva a la acción el mapa del amor, origina
las parafilias. Por desplazamiento, distorsiones
u omisiones de las conductas sexuales deseadas, una acción erótica se
transforma en una desviación sexual. La vandalización causante de la parafilia
se produce por:
- Abuso sexual infantil
- Prohibición cruel y reiterada
de las manifestaciones sexuales de los niños (juegos de ensayo heroto-sexual,
curiosidad infantil en torno de temas sexuales).
La clínica de las parafilias
reúne técnicas diversas. Las terapias sexuales incluyen información a los
pacientes sobre los conocimientos actuales sobre el tema de consulta,
medicación cuando el grado de ansiedad no les permite la relación terapéutica,
un fuerte vínculo con los terapeutas quienes deben manejar técnicas diversas:
dramatizaciones, Gestalt, genogramas familiares, entrevistas de otros
significativos (parientes, amigos) dispuestos a ayudarlo. Y, sobre todo, los
profesionales de la salud deberían carecer, en la mayor medida posible, de un
criterio de valoración discriminatorio sobre la persona que los consulta.
Comprender las parafilias
presupone develar por qué somos los humanos tan variables en nuestras
gratificaciones sexuales, cómo adquirimos y seleccionamos el estímulo que nos
procura placer y qué proceso validó que uno (o unos pocos) prevalecieran por
sobre los demás.
Si ese estímulo sexual no es
convencional, si se impone en automático, si provoca malestar al individuo y es
de larga data, hablamos de parafilias.